Preguntas frecuentes
La Junta Democrática es una organización civil que promueve unir a una gran mayoría de españoles para poner límites y control al poder político.
A través de la instauración de la democracia formal.
Democracia según la RAE, sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes.
Existen dos principios básicos que tienen que darse para que haya una verdadera democracia formal:
- Un sistema de elección directa de los representantes políticos.
- La separación de poderes de origen entre el legislativo y el ejecutivo, en dos elecciones distintas, así como la independencia del poder judicial.
Este es el objetivo de la Junta Democrática: Que España tenga una democracia formal por primera vez en su historia.
Habitualmente se confunde representación con representatividad, y son conceptos muy diferentes. En España hoy se vota por representatividad.
Existe representatividad cuando sientes afinidad por unas ideas, un partido político o por una persona y votas en base a ese sentimiento de afinidad.
Por el contrario, la representación política es algo mucho más concreto y material. Consiste en generar una vinculación legal-contractual entre un grupo de ciudadanos y la persona que les debe representar en el congreso de los diputados.
Dentro de ese contexto, el diputado debe trabajar para ese grupo de ciudadanos, de igual manera que un abogado trabaja para su cliente, quien le paga y cuyos intereses debe defender.
Existe representación política cuando hay una vinculación directa entre un grupo de ciudadanos (distrito electoral) y su representante (diputado de distrito), y cuando además ese grupo de ciudadanos dispone de herramientas para controlar a su diputado (revocabilidad del cargo si actúa en contra de sus intereses).
Hoy en día, en España la representación política no existe. Los diputados votan en bloque aquello que el jefe de su partido les indica. Votan en base a su intereses partidistas y su ideología.
Mediante un sistema de elección directa de nuestro diputado de distrito que sea el que nos represente en el congreso y vote en función de los intereses de sus votantes.
En la actualidad se votan unas listas elaboradas por los partidos políticos. Las personas incluidas en esas listas deben obediencia al partido y al jefe del partido que les incluyó en dichas listas.
El votante no elige a su representante ni tiene ningún tipo de control sobre él. La elección la hizo el jefe del partido al incluirle en la lista electoral y el ciudadano solo puede refrendar la lista con su voto.
Las listas abiertas permiten seleccionar personas entre una serie de candidatos previamente elegidos por los jefes de los partidos políticos para que vayan en sus listas electorales. Una vez más el ciudadano no elige a su representante, sino que refrenda elecciones de otros.
Con este sistema el diputado sigue siendo siervo del partido y el ciudadano no tiene control sobre su diputado.
Nosotros proponemos elección del diputado (los candidatos son personas concretas y no partidos) por distritos uninominales (se vota a una persona por distrito) y mediante un sistema mayoritario (a doble vuelta).
Este sistema permite que cada distrito electoral realmente esté eligiendo a la persona que actuará como su representante en el congreso de los diputados. Mediante este sistema se genera un vínculo legal entre las partes pues el distrito es quien paga al diputado y el diputado debe obediencia y lealtad a sus votantes. El distrito puede revocar su cargo en cualquier momento si el diputado actúa en contra de los intereses del distrito.
Aunque los candidatos puedan pertenecer a un partido político, el control estará en manos del pueblo.
La elección en base a distritos pequeños uninominales facilitaría la aparición de candidatos independientes que no estén adscritos a ningún partido, aunque esto no es imprescindible para el correcto funcionamiento del sistema.
Elecciones presidenciales separadas de las elecciones al legislativo. La elección se haría por un sistema mayoritario a doble vuelta y una vez más se votaría personas y no listas de partido.
Separando los poderes, haciendo la justicia independiente y haciendo revocable el puesto de diputado de distrito.
En resumen, la separación de poderes y su vigilancia mutua limita su capacidad para abusar del poder político. Por otra parte, la revocabilidad de los cargos de diputados da una herramienta al pueblo para controlar la acción de su representante en el congreso de los diputados.
Los poderes se separan en origen eligiendo en elecciones separadas al poder ejecutivo (presidente del gobierno) y al poder legislativo (diputados).
Además, al tratarse de diputados de distrito, los votantes de cada distrito saben quién es su representante y pueden revocarle el cargo si vota en el congreso o actúa en contra de los intereses del distrito al que representa.
Es la capacidad de que la nación pueda decidir conjuntamente la forma del estado y las reglas de convivencia que nos afectan a todos.
Es la que permite a los ciudadanos elegir libremente y controlar a su gobierno, tanto al poder ejecutivo, como a sus representantes políticos (legislativo). La que hace que todos los individuos disfruten de libertad política en igualdad de condiciones.
Se originó por primera vez en el año 74, como plataforma para poner de acuerdo a todas las fuerzas políticas clandestinas de oposición al franquismo. Su objetivo era conseguir la unidad de dichas fuerzas de oposición para instaurar una democracia en España mediante un proceso de ruptura con el régimen franquista.
No obstante, parte de sus integrantes traicionaron los acuerdos firmados y pactaron con el régimen franquista individualmente para ser legalizados como partidos políticos por el régimen franquista dando lugar a la partitocracia que tenemos hoy en día.
La transición que nos han vendido como perfecta, en realidad fue una transacción donde los partidos políticos clandestinos obtuvieron su legalización y correspondiente cuota de poder a cambio de no romper con el pasado y permitir la integración de las viejas fuerzas de la dictadura en el nuevo sistema que se estaba creando.
Franquistas y opositores se repartieron el poder. Los ciudadanos solo pueden decidir qué cuota de poder tiene cada uno de ellos dentro del Estado, pero en ningún caso el poder político está en manos del pueblo.
A cambio de la instauración ciertas libertades individuales introdujeron un sistema político no democrático que mantiene el poder en manos de un pequeño grupo (oligarquía).
Ahora, la Junta Democrática de España se refunda para movilizar a la sociedad civil y exigir a los gobernantes un cambio de sistema político instaurando una democracia formal.
La Separación de poderes no está implementada en la Constitución Española. Los poderes legislativo y ejecutivo no están separados en origen mediante elecciones separadas, sino que en España existen elecciones generales en las que se nombran diputados y senadores a cortes generales. El congreso nombra por mayoría al candidato a presidente del gobierno, y posteriormente, esta propuesta de candidato a presidente del gobierno se le comunica formalmente al Rey.
Aunque los poderes en España tienen cada uno su órgano de gobierno (el judicial tiene al Consejo General del Poder Judicial, el ejecutivo el gobierno y el legislativo las cortes), se trata de una separación básicamente de funciones, puesto que la designación del gobierno depende del mismo poder que controla la mayoría de las cortes, el mismo que a su vez designa al consejo general del poder judicial, no existe en la práctica separación de poderes según la definición clásica de Montesquieu y Locke.
Pues tan fácil como separar el Legislativo (Congreso) y el Ejecutivo (Gobierno) desde su origen, es decir dos elecciones por separado; una para elegir al presidente del Gobierno mediante sistema mayoritario a doble vuelta, y otra elección por sistema mayoritario también para elegir a cada diputado de distrito desligando a dicho diputado de cualquier principio de obediencia al partido.
En cuanto al poder judicial, su independencia se garantiza evitando la participación de los otros poderes en la formación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). El CGPJ debería ser elegido mediante un proceso electoral (sistema mayoritario) entre los miembros del orbe jurídico. Del mismo modo es indispensable que el poder jurídico cuente con presupuestos propios.
Mediante una elección por sistema mayoritario en la que pueden participar todos los integrantes del mundo judicial desde jueces a funcionarios dependientes de justicia.
La JDE busca el establecimiento de una democracia formal en España. Ese es su único objetivo y tras lograrlo se disolverá.
La JDE no percibe ningún tipo de subvención del estado y por tanto nunca se deberá a él. Solo nos financiamos gracias a las aportaciones voluntarias de sus asociados y ninguno de los voluntarios que trabaja en la junta percibe contraprestación económica alguna.
Ser asociado de la JDE es gratis, lo único que buscamos es organizar a los ciudadanos que deseen una democracia formal para España para que tengamos cada vez más fuerza para poder lograr nuestro objetivo. Puedes entrar en aquí y leer su manifiesto o sus estatutos para más detalles.
Viene establecido en el artículo 36 de los estatutos de la JDE que una vez que se consiga el objetivo final de la asociación (una constitución que refleje la representación, la separación de poderes y un sistema judicial independiente) ésta se disolverá.
Efectivamente los partidos políticos que forman parte del Estado y están pagados con dinero público no van a querer modificar el sistema, porque ellos viven muy bien.
Es por ello que necesitamos unirnos para poner en marcha nuestra estrategia con la suficiente fuerza.
La JDE propone una estrategia de no colaboración con el Estado como método para deslegitimarlo y forzar el cambio que buscamos. Existen multitud de ejemplos a lo largo de la historia en los que esta estrategia ha demostrado su fuerza cuando es aplicada por un elevado número de ciudadanos.
Si nos unimos podemos conseguirlo.
Lo que nos separa son los intereses de los partidos políticos que en base a sus ideologías usan el miedo al rival político como herramienta de movilización para mantener el sistema vivo frente a la clara desafección política. Hoy en España se vota por miedo al rival político, no por nuestra propia representación y eso genera división.
Lo que pretende la JDE es unir a españoles de cualquier ideología poniendo el foco exclusivamente en el establecimiento de una democracia formal, es decir, en establecer unas reglas de juego político que no dependan de la ideología.
Cualquier persona que desee que los gobernantes actúen en beneficio del pueblo y bajo el control de éste tiene cabida en la JDE.
Yo creo que eso lo quiere todo el mundo, ¿No crees?
Necesitamos que el movimiento de protesta sea masivo. Cuando seamos muchos llevaremos a cabo acciones pacíficas (huelgas generales, abstención fiscal, manifestaciones) que fuercen a la apertura de un periodo de libertad constituyente de manera que la nación española pueda elegir su forma de Estado y se establezca una nueva constitución que separe los poderes.
El sistema político necesita nuestro apoyo para seguir vivo. Nuestro apoyo lo tienen a través de nuestra participación en elecciones, del pago de impuestos y de nuestra aceptación del status quo actual. Si una gran masa de españoles decide dejar de participar del régimen actual, le estamos quitando legitimidad al régimen.
Las claves para conseguir que los políticos suelten el poder es debilitar al régimen y (más importante aún) generar una sociedad civil bien organizada que sabe lo que tiene que exigir.
Ante esta situación el Estado posiblemente ejerza su monopolio de la violencia con acciones represoras. No obstante, llegados a este punto una nación española concienciada del problema jamás aceptará que la minoría de la clase política imponga mediante la fuerza un sistema político con el único fin de garantizar sus privilegios. La JDE hará uso de todas las herramientas pacíficas que estén en su mano para, si es necesario, hacer inoperante la acción de gobierno mientras éste no acepte el cambio hacia la democracia. En caso límite se podrá organizar una abstención fiscal mayoritaria.
La abstención electoral es solo uno de los mecanismos de la estrategia de no colaboración pacífica. La estrategia de no colaboración sí ha demostrado ser capaz de hacer caer regímenes políticos. El caso más conocido es el de Gandhi en la India, pero existen muchos otros ejemplos de la fuerza que tiene un pueblo bien organizado llevando a cabo acciones de resistencia pacífica a un régimen.
Ten en cuenta que el voto es un derecho, no un deber. Por tanto, tienes el derecho a votar, o no hacerlo, si consideras que el sistema no te garantiza el control del poder político. La abstención es una herramienta muy poderosa para deslegitimar el sistema y debemos usarla en combinación con otras estrategias de movilización pacífica en busca de nuestro objetivo final.
Si votas participas en el sistema. Dejas constancia de que estás de acuerdo con el régimen político y tú protesta se centra en que no te gusta ningún candidato o partido político, por tanto, estás reforzando el sistema. Con la abstención el mensaje que se envía es que no estás de acuerdo con el sistema político que tenemos, lo cual debilita el sistema.
La abstención electoral es un elemento importante de nuestra estrategia de no colaboración. Para hacerlo correctamente, y obtener todo el impacto posible de la acción, no basta con no ir a votar.
La abstención tiene un impacto muy superior si se hace con una posición de abstencionario activo. El día de las elecciones el abstencionario activo va a su colegio electoral y rompe su voto diciendo respetuosamente a los miembros de la mesa los motivos para hacerlo: “No puedo votar porque no estoy eligiendo a mi representante político y no tengo control del poder político. No volveré a votar hasta que en España no haya una verdadera democracia con separación de poderes y representación política.”
Con esto conseguimos que se visibilice la abstención. Cuando en España haya miles de españoles que sepan el motivo por el que se abstienen y se exija a la clase política la libertad colectiva será cuando se conseguirá un cambio de sistema.
Esa estrategia del miedo al rival es lo que buscan los partidos políticos para movilizar a una sociedad que cada día presenta mayor desafección política.
La abstención no favorece a ningún partido político y por eso todos los partidos piden que ante todo vayas a votar.
La abstención ataca al sistema y por tanto daña a todos los partidos del Estado porque ataca a las reglas del juego que lo sostiene.
Los partidos usan sus ideologías para que la gente se adscriba a una u otra y les vote por miedo al partido que usa la ideología contraria.
Da igual que salga uno u el otro, todos miran por sus intereses de partido, no miran por los intereses de los españoles. La historia nos ha dado centenares de ejemplos de esto. Si sigues votando por miedo das refuerzas el sistema.
Las listas abiertas son igual de antidemocráticas que las cerradas, ambas listas son elegidas por el jefe del partido, la única diferencia es que en las abiertas tú puedes cambiar el orden dentro de la lista, pero sigues sin tener representación. No eliges a tu representante y los diputados que surjan de esa elección deberán obediencia al jefe del partido que les incluyó en la lista.
La representación solo se consigue por la elección uninominal por distrito, tú eliges a una persona por tu distrito y además de esta forma no solo tienes la facultad para elegirlo, también para destituirlo.
Tú podrías ir a hablar con tu diputado, es decir ese diputado estará al servicio de los electores y no al revés.
El sistema proporcional es fraudulento porque el valor de cada voto cambia en función de a quién se vota y donde se vota. Cuando cada voto no tiene el mismo valor el sistema es un fraude.
En España no hay elecciones, solo hay votaciones. Cuando votas no estas eligiendo a tu representante político, solo das una cuota de poder al partido que votas. Además, le estás dando un cheque en blanco porque no tienes ningún tipo de control sobre el poder político.
Finalmente el sistema electoral actual no separa poderes ya que se vota el poder legislativo que luego elige al poder ejecutivo y al órgano de control del poder judicial (CGPJ).
Estos factores hacen que el sistema electoral actual sea una estafa.
¿Cuántas veces nos han mentido los jefes de los partidos políticos? ¿Cuántas mentiras más necesitas para dejar de confiar en este sistema? ¿Cuántos nuevos partidos políticos tienen que salir para que nos demos cuenta de que desde dentro no se puede arreglar?
Si la abstención ha sido consciente y la sociedad civil está concienciada del problema y del camino hacia la solución eso no sería posible.
Obtener una gran abstención demostraría a la sociedad civil que su fuerza es superior a la de aquellos que quieren mantener el sistema actual y una sociedad concienciada usaría esa consciencia de su fuerza superior para hacer caer el sistema mediante una serie de acciones pacíficas.
Sería muy difícil gobernar si la mayoría de la población piensa esto ¿no crees?
Efectivamente desde dentro del Estado no se puede cambiar nada porque desde el mismo momento en que se entra a formar parte del juego del Estado se tiene que hacer con las reglas actuales. El sistema te anula. Hay una entrevista muy buena a Julio Anguita, (lo vivió desde dentro) que le hizo Jordi Évole donde afirma que el cambio solo se puede hacer con una organización de la sociedad civil y eso es lo que pretende la JDE. Pero las revoluciones no tienen por qué ser violentas, la JDE es una organización civil pacífica.
A mí tampoco me gustaba nada la política, pero los temas políticos te afectan a todos los niveles en tu vida y la pasividad solo consigue que los partidos sigan abusando de su poder mediante corrupción generalizada, incremento de impuestos e impunidad frente a sus acciones.
En cualquier caso, el problema es tan grave que esto ya no es una cuestión exclusivamente política, sino que llega a ser existencial. La ciudadanía está cada vez más dividida por las ideologías de los partidos, y la clase política está arruinando a España.
Necesitamos unirnos para exigir nuestros derechos.
La JDE no tiene ni tendrá ninguna ideología. Tras el periodo de libertad constituyente y una vez conseguida la democracia formal para España la JDE se disolverá.
Además, no te debe preocupar la ideología que habría después porque en una democracia formal lo importante no son las ideologías, solo tendríamos que preocuparnos de votar al representante de distrito que mejor sepa defender nuestros intereses no nuestra ideología.
En la JDE estamos hablando exclusivamente de las reglas del juego político, no de acción política. Del mismo modo que las reglas del fútbol no pertenecen ni al Barcelona ni al Madrid, las reglas necesarias para que haya democracia no pertenecen a una ideología concreta, simplemente protegen al ciudadano para evitar que puedan darse abusos del poder político.
Entiendo que después de tantos años diciéndonos que debemos votar es difícil hacer lo contrario. Simplemente te pediría una cosa:
Para que en España exista la posibilidad de que algo cambie necesitamos una sociedad civil concienciada y crítica. Sigue informándote sobre por qué en España no hay democracia y cómo debemos organizarnos para que esto cambie. Déjanos tu email en https://www.juntademocratica.com/masinfo/ y te enviaremos información periódicamente.
Quizás dentro de un tiempo lo veas de manera diferente y en ese caso te invito a que te asocies a la JDE para sumar fuerzas. https://www.juntademocratica.com/asociate/
La realidad es que la abstención no beneficia a ningún partido. Todos los partidos nos piden que vayamos a votar porque temen la abstención.
La abstención organizada nos da mucha fuerza a los ciudadanos y daña al sistema en general.
Con la abstención el pueblo alza la voz diciendo basta ya de abusos del poder político y de un sistema oligárquico que nos roba la soberanía.
Siempre existirán personas sectarias que seguirán votando a “su partido”, pero también es cierto que cada vez hay una parte de la sociedad más numerosa que presenta una clara desafección política porque ha entendido que el sistema actual es un fraude. Si organizamos a este grupo de españoles nuestra fuerza será muy superior a la de los sectarios y podremos cambiar el sistema.
La abstención electoral forma parte de una estrategia de no colaboración con el Estado que sirve para debilitarlo.
Ningún sistema político puede sobrevivir sin el apoyo y colaboración de la nación. En nuestro contexto, ese apoyo se ofrece mediante la participación en procesos electorales, el pago de impuestos y en general mediante la colaboración con el Estado.
¿Te has dado cuenta de qué todos los partidos políticos piden que haya mucha participación? Da igual a quien votes, pero lo importante es que vayas a votar. Ponen tanta insistencia en que votes porque una abstención generalizada les haría mucho daño y lo saben.
En cualquier caso, la abstención no es el fin, la abstención es el camino pacifico, responsable, cívico y racional para pasar de la partidocracia a la democracia. Es una herramienta para mostrar la fuerza de la sociedad civil para forzar el cambio de régimen político a una democracia formal.
Por supuesto, la abstención por sí misma no produce ningún cambio, tiene que ser una abstención activa y consciente.
Por eso es tan importante que nos organicemos en la sociedad civil y por eso hemos creado la JDE.
Es imprescindible que las personas que no votan sepan porque no lo hacen y sepan qué deben exigir cuando llegue el momento. Es necesario que la abstención sea activa y consciente.
Si tenemos una abstención activa y consciente del 50% entonces el cambio será imparable porque querrá decir que una mayoría de españoles desea el cambio.
La culpa es del sistema y de un largo proceso de adoctrinamiento del ciudadano que dura ya más de 43 años. Necesitamos despertar la conciencia política de los españoles y su espíritu crítico para que una mayoría entienda las limitaciones del sistema político que sufrimos.
Ciertamente necesitamos ciudadanos que sean dignos de ese título y no súbditos que se acomoden a cualquier situación política. La libertad política no nos la van a dar, tenemos que conquistarla. Todo lo que se da se puede quitar fácilmente. Lo que se conquista se valora mucho más y difícilmente nos lo podrán quitar.
Ese es uno de los principales objetivos de la JDE, llevar a cabo una divulgación masiva para que cada vez en España haya más ciudadanos concienciados y menos súbditos.
Cuando hablamos de darle el poder al pueblo nos referimos a una democracia representativa. Este sistema está en vigor en países como EEUU y parcialmente en países como Francia o UK, y no sufren más problemas que nosotros desde ese punto de vista.
Una democracia formal no generará mayores problemas por que el pueblo sea o no ignorante. En una democracia formal existen múltiples mecanismos de control que evitan ese tipo de problemas, del mismo modo que evitan el abuso del poder político.
No debemos temer la democracia, pues muy al contrario, es nuestra mejor herramienta para proteger nuestros derechos sociales y políticos.
Ciertamente necesitamos ciudadanos que sean dignos de ese título y no súbditos que se acomoden a cualquier situación política. La libertad política no nos la van a dar, tenemos que conquistarla. Todo lo que se da se puede quitar fácilmente. Lo que se conquista se valora mucho más y difícilmente nos lo podrán quitar.
Ese es uno de los principales objetivos de la JDE, llevar a cabo una divulgación masiva para que cada vez en España haya más ciudadanos concienciados y menos súbditos.
Estamos en ese proceso, y cada persona que se suma nos hace más fuertes como movimiento y acerca el día en que el cambio será posible.
Eso depende de quién haga la revolución, las crisis sociales se materializan dependiendo de quién las aproveche, no hay que tener miedo a una revolución, una revolución es solo un cambio en el sistema de estado y si la población sabe hacia dónde camina y que es lo que quiere, la revolución se materializará correctamente en lo que quieren los ciudadanos, la democracia formal en este caso.
Ese es un riesgo que ya sufrimos por el hecho de tener una sociedad desmovilizada y pasiva desde el punto de vista político. Nuestros derechos actuales han sido otorgados por la clase política y del mismo modo que nos los han otorgado nos los pueden quitar.
La clave para evitar un sistema más totalitario no es el inmovilismo del sistema actual sino la organización de la sociedad civil para que cada día haya más ciudadanos formados y críticos. Por eso hemos creado la JDE.
En todo proceso de cambio político es imprescindible que las personas que lo promueven sepan porque no lo hacen y sepan qué deben exigir cuando llegue el momento. Esa conciencia evitará que la revolución acabe en un sistema más totalitario.
No, la existencia de partidos no quiere decir que se vote a partidos.
Allí hay votaciones separadas al poder ejecutivo y al legislativo y en ambos casos se vota a personas y no a partidos.
En EEUU sí estás votando a un representante de distrito que se convierte en congresista (diputado) y ese congresista vota las leyes que quiere su distrito, no lo que quiera su partido, eso es la representación política.
Sí, los partidos políticos no son la clave del problema. El problema radica en las reglas de juego democrático. Si las reglas de juego son de una democracia formal la existencia de partidos no sería un problema porque el propio sistema evitaría posibles abusos mediante sistemas de control y contrapesos.
Un matiz importante es que los partidos no deben estar subvencionados por el Estado, sino que deben subsistir en base a las aportaciones de sus afiliados.
Hoy los partidos controlan las decisiones y votaciones de todos los “representantes políticos“. Los diputados deben obediencia a sus partidos.
En una democracia formal, los representantes políticos deben obediencia al distrito al que representan y su distrito tiene control sobre ellos de manera que el poder de los partidos se ve drásticamente reducido.
Además, en una democracia formal hay separación de poderes en origen e independencia judicial, por lo que los partidos no pueden nombrar a los miembros del órgano de dirección del poder judicial (CGPJ). Esa separación de poderes reduce más aún la capacidad de los partidos para aprobar o aplicar leyes de manera abusiva y de manera impune.
Sería necesario prohibir las donaciones a partidos, los partidos solo podrían ser financiados por cuotas de sus afiliados.
En una democracia formal, los diputados de distrito deben obediencia al distrito al que representan y su distrito tiene control sobre ellos de manera que el poder de los partidos se ve drásticamente reducido. Por ejemplo, si el distrito puede revocar el cargo del diputado cuando éste vote algo contrario a sus intereses entonces el partido pierde la capacidad de forzar el voto del diputado en sentido contrario a los intereses de su distrito, y si lo hace, el distrito podrá destituir al diputado.
En una democracia formal, aunque los diputados pertenezcan a un partido la relación de poder claramente privilegia a su distrito frente al partido.
Porque Demos es pueblo y cracia es fuerza y el pueblo español no tiene nada de cracia, no tiene nada de fuerza no tiene ningún mecanismo para promulgar ni una sola ley, no tienen ni un mecanismo para controlar a los políticos. En España tenemos una Oligocracia, partidocracia o Estado de partidos donde la fuerza la tienen los partidos políticos.
Formalmente hablando son necesarios dos requisitos para que exista democracia y en España no se dan ninguno de los dos:
- Separación de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial.
- Representación política del elector.
No existen niveles de democracia ni grados de la calidad de la democracia. Eso es una de las deformaciones del lenguaje que se han llevado a cabo para adoctrinar al pueblo.
La Democracia existe, o no, si se cumplen una serie de requisitos objetivos, que no dependen de la opinión subjetiva, y en España no se cumplen esos requisitos.
- Separación de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial.
- Representación política del elector.
La democracia es la elección libre, directa y separada del Gobierno y de los representantes políticos y eso no tiene niveles o grados o existe o no existe.
Del mismo modo que no puedes estar casi embarazada o grados de embarazo, no hay grados de democracia.
La afirmación “el que manda es elegido por el pueblo” contiene un gran engaño. El que manda siempre debería ser el pueblo, y el pueblo temporalmente delega el poder político en determinadas figuras para que lo ejerzan en su nombre. La manera en que se delega ese poder político lo marca la forma de gobierno en vigor.
Cuando esa forma de gobierno es una democracia se requiere que exista control del poder político y por eso se separan los poderes y se garantiza la representación. Esto no es lo que ocurre en España.
En España se vota a partidos políticos, y en base a esa votación se distribuyen los asientos en el congreso de los diputados (poder legislativo).
Luego, esos diputados eligen al presidente del gobierno y a los miembros del órgano de dirección del poder judicial (CGPJ). Para empezar, no hay separación de poderes.
El problema es que los diputados que llegan al congreso de los diputados tampoco obedecen al pueblo que les votó. Esos diputados deben obediencia al jefe de cada partido los incluyó en las listas electorales. Al final eso provoca que el poder político en España está distribuido entre los jefes de cada partido político.
El problema es que en España no hay constitución. Según dice el artículo 16 de la declaración los derechos del hombre y el ciudadano “una sociedad en la que no esté establecida la garantía de los Derechos, ni determinada la separación de los poderes, carece de Constitución”.
A nosotros lo que nos gustaría tener es un verdadero sistema constitucional donde estuvieran garantizados nuestros derechos fundamentales y donde se separasen los poderes.
Nuestra mal llamada constitución es en realidad una carta otorgada donde se nos dieron libertades individuales, pero no tenemos Constitución porque en ella no se garantizan nuestros derechos políticos ni tenemos separación de poderes.
La democracia no significa que vivamos todos felices y sin problemas, pero sí que previene los vicios que tenemos hoy en día en España, la corrupción y la impunidad de los políticos cuando cometen un delito.
La democracia de los EEUU ha demostrado su fortaleza durante más de dos siglos en múltiples ocasiones. En cualquier caso, la propuesta de la JDE para España introduce mejoras con respecto al sistema en vigor en los EEUU.
No es verdad, España no está enferma, simplemente hemos sufrido más de 40 años de adoctrinamiento. No obstante, la creciente desafección política es una muestra de que algo está despertando en la conciencia de los españoles.
El problema es que en muchos casos no se conoce el motivo real de esa desafección y por eso es tan importante que se divulgue este mensaje. Para hacer que haya más ciudadanos concienciados del problema real y de cuál es el camino hacia la solución.
La mayoría de la gente con la que hablamos está de acuerdo que hace falta un cambio, solo hace falta visualizarlo, el pasado 30E 10.000 apoyaron la manifestación en Madrid y seguimos sumando personas que se unen a este objetivo.
Las dictaduras se basan solo en el monopolio de la fuerza, pero las oligocracias y democracias requieren además de la fuerza de la legitimidad que les otorga el pueblo de manera directa o indirecta.
La fortaleza del sistema que tenemos está basada en su apariencia de legitimidad, pero esa fuerza puede desaparecer mediante un proceso de deslegitimación.
Las estrategias de no colaboración que proponemos desde la JDE ya han demostrado su fuerza en el pasado haciendo caer regímenes políticos. Sabemos que lo que pretendemos no es fácil, pero es posible y sabemos cómo hacerlo una realidad.
Cada día hay más gente que se está dando cuenta de que realmente esto no funciona y que no tiene mecanismos de amparo. Eso lo vemos en la creciente desafección política.
El descontento no hace más que crecer por múltiples motivos que tienen su origen en la ausencia de democracia. Además, España está sumamente endeudada y los políticos van a empezar a subir impuestos y hacer recortes para intentar sostener su sistema político y sus beneficios. Cuando esto ocurra la gente va a empezar a movilizarse aún más y es importante que cuando esto ocurra haya una gran mayoría consciente de cuál es la verdadera raíz del problema.
Yo ya estoy aquí y me estoy moviendo y tú estás aquí y tú me estás escuchando. La mayoría de la gente es igual a nosotros.
Por supuesto que es difícil, pero qué hay en esta vida que no cueste trabajo y que merezca la pena.
Estamos hablando de decidir las reglas que van a regir tu vida en sociedad y que te va a afectar en todos los ámbitos de tu vida ¿no crees que merece la pena luchar por esto, aunque sea difícil?
Formar un partido implica aceptar las reglas de juego e integrarse en el Estado. Eso supone pasar a ser parte del problema. La solución al problema político en España tiene que llegar mediante la movilización de la sociedad civil.
Partidos como Podemos o Vox decían que en España no hay democracia, pero cuando llegan al poder cambian su discurso porque ahora solo les interesa mantenerse en el poder.
En el sistema que te propongo votarás a tu representante de distrito (poder legislativo), por una parte, y en otras elecciones al presidente del gobierno (poder ejecutivo). No gobierna una plataforma, ni defendemos la democracia directa o algo similar.
En el sistema que proponemos también vas a tener que aguantar igualmente si no sale el que tú has votado porque saldrá el votado por la mayoría y efectivamente hay que tener educación y no ofender gratuitamente.
No obstante, en el sistema que proponemos, los cargos son revocables por lo que si una mayoría del distrito muestra su desaprobación por las acciones de su representante se le puede destituir. Eso ya supone una ventaja con respecto al sistema actual.
En el sistema actual, el poder reside en los partidos políticos que controlan la acción de los diputados. Los ciudadanos no tenemos ningún mecanismo de control ni fuerza política.
En el sistema que proponemos, los diputados están al servicio del ciudadano y el ciudadano tiene poder para destituir al diputado de su cargo en cualquier momento.
Además, el sistema que proponemos separa los poderes, por lo que evita abusos del poder político.
Votar no es un deber sino un derecho que tenemos los ciudadanos.
El sistema actual no es producto de la lucha y conquista del pueblo español, sino que es el resultado de la transición que fue una transacción entre los partidos que estaban en la clandestinidad y el gobierno de Franco. Acordaron un sistema proporcional de partidos y así ninguno salía perdiendo, siempre iban a estar todos presentes en el congreso. No nos negamos a votar, estamos guardando nuestro voto para cuando podamos elegir a quien nos representa.
Todo lo contrario, cuando no votas estás ejerciendo también tu derecho al voto pues no votar es una forma de protesta. Mediante la abstención estás manifestando una clara posición política criticando a todo el sistema en su conjunto.
Siempre existirán fanáticos que seguirán votando a “su partido”, pero también es cierto que cada vez hay una parte de la sociedad más numerosa que presenta una clara desafección política porque ha entendido que el sistema actual es un fraude. Si organizamos a este grupo de españoles nuestra fuerza será muy superior a la de los sectarios y podremos cambiar el sistema.
La abstención organizada nos da mucha fuerza a los ciudadanos y daña al sistema en general.
Con la abstención el pueblo alza la voz diciendo basta ya de abusos del poder político y de un sistema oligárquico que nos roba la soberanía.
Obtener una gran abstención demostraría a la sociedad civil que su fuerza es superior a la de aquellos que quieren mantener el sistema actual y al tratarse de una abstención activa y consciente, tendríamos una sociedad concienciada y bien organizada que usaría esa fuerza superior para hacer caer el sistema mediante una serie de acciones pacíficas como manifestaciones, huelgas, abstención fiscal masiva y otras acciones similares.
Una vez llegados a este se debería proceder a definir el proceso de libertad constituyente mediante el cuál la nación podrá definir su forma de gobierno y aprobar una constitución.
Si aceptas que esto no es una democracia y aún así prefieres que esto siga así por miedo a perder ciertas comodidades debes tener en cuenta dos cosas:
- Todos esos derechos individuales y comodidades que mencionas han sido otorgados y no conquistados. Todo lo que se otorga puede ser retirado igualmente. En una democracia estos derechos están más y mejor protegidos.
- En cualquier caso, entiendo la fuerza del miedo al cambio que nos han inculcado y simplemente te pediría una cosa: Para que en España exista la posibilidad de que algo cambie necesitamos una sociedad civil concienciada y crítica. Sigue informándote sobre por qué en España no hay democracia y cómo debemos organizarnos para que esto cambie. Déjanos tu email en https://www.juntademocratica.com/masinfo/ y te enviaremos información periódicamente.
Quizás dentro de un tiempo lo veas de manera diferente y en ese caso te invito a que te asocies a la JDE para sumar fuerzas. https://www.juntademocratica.com/asociate/
Hemos solucionado una buena cantidad de problemas. Todos aquellos que tenían su origen en el sistema político y la falta de control por parte del pueblo.
La corrupción política se reducirá a su mínima expresión y la separación de poderes hará que los casos de corrupción que existan sean duramente castigados.
Los responsables políticos elegidos por el pueblo podrán ser controlados por sus electores y las ideologías dejarán de ser factor decisivo de voto reduciéndose la fractura social y el enfrentamiento entre españoles.
Seguiremos sufriendo otros problemas cuyo origen es distinto, pero tendremos mejores herramientas para enfrentarnos a esos problemas también.
Reduciremos el gasto público sin reducir nuestras prestaciones sociales eliminando los privilegios de la clase política, así como los chiringuitos sin control y duplicidades que han creado para dar cabida en su macro Estado a todos sus sectarios que les soportan.
La gente vota populismos porque eso es lo que se les ofrece hoy y porque el sistema electoral actual lo favorece.
En una democracia formal con diputado de distrito los populismos tendrían menos peso porque tendría más importancia qué puede proponer el candidato para mejorar la vida de los votantes de ese distrito y eso termina llevando el debate a cuestiones más materiales y concretas.
